Siendo la pequeña de una familia numerosa, he crecido dando mucho valor a la familia.
Como niña que disfrutó de sus abuelos, de sus historias, de sus mimos y de sus recuerdos, creo que nuestros mayores deben tener la compañía de sus nietos y los nietos tenemos el deber de cuidar a nuestros abuelos.
Creé Alma y Raspita pensando en mis padres y en mis abuelos. Quería hacerles cuentos bonitos para devolverles a ellos todos esos cuentos que nos han acompañado durante nuestra infancia y acompañarlos a ellos ahora en su vejez.